Conoce las ventajas del pensamiento vertical

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Conoce las ventajas del pensamiento vertical

Existe una expresión en latín «sui generis» cuya traducción sería algo así como: qué es muy peculiar, que no coincide exactamente con lo que designa, sino que es algo distinto.

El pensamiento lateral, tema que abordamos la semana pasada sería etiquetado como Sui Generis, buscar caminos alternativos, creativos, pero como mencionamos no es el único sendero para llegar a un objetivo. Por lo general nos valemos para resolver una dificultad de lo que se ha denominado «el pensamiento vertical».

¿Qué es el pensamiento vertical?
Es una forma de organizar nuestros pensamientos, ideas, razonamientos de forma lógica, previamente aprendidos. Podemos compararlo a los pasos de baile, son una serie de movimientos establecidos y que siguen un orden secuencial que en su conjunto conforman una danza claramente identificable.

Dicha forma de pensar suele seguir una linea muy precisa, conservadora, secuenciales por naturaleza.

Nuestro sistema educativo pone énfasis en dicha forma de razonamiento, dando poco márgen a la creatividad, insistiendo de forma metódica en los pasos, la secuencia que conforma la identidad del pensamiento vertical.

¿Es malo el pensamiento vertical?
No, no es malo. Aunque al insistir en seguir un patrón previamente establecido y basado en la experiencia, el pensamiento vertical pone especial énfasis en la razón. La palabra razón que en latín es ratio, significa «cálculo, razón o razonamiento». Dicha habilidad se la define como la capacidad o facultad de la mente humana de pensar, reflexionar para llegar a una conclusión o formar juicios de una determinada situación o cosa. Por lo tanto y yendo al grano, valiéndonos del pensamiento vertical somos personas más confiables, predecibles, menos predispuestas a las interferencias que no siempre benefician en el trabajo y nuestra vida personal: las emociones, pero bueno, esto es meternos en otro jardín.

Diferencias entre pensamiento lateral y vertical

Básicamente esta en la disposición para asumir riesgos. El pensador lateral no teme a equivocarse, ya que mas allá del error esta el aprendizaje y por lo tanto un nuevo camino. Quien piensa de forma vertical se vale de pasos previamente establecidos, sigue las reglas, arriesga poco. Ambos en un trabajo son valiosos, ambos piensan en la efectividad, la cuestión es encontrar nuestro lugar en el mundo laboral y en nuestra vida privada.

Estimado lector, esperamos que haya abierto tu mente a estos recursos coginitivos. El siguiente artículo abordará la tercer cara de la moneda: el pensamiento horizontal.

¡Hasta la próxima!

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