Cómo nos afecta la desinformación

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Cómo nos afecta la desinformación

Meme, seguramente al esuchar esta palabra se nos dibuja una sonrisa. Y es que el meme se ha convertido en un pilar de comunicación de nuestra sociedad donde a forma jocosa, satírica, solemos decir las cosas. Si te preguntas que significa la palabra meme, proviene de la palabra griega mimema que significa «algo que se imita». El meme imita la verdad, se rie de ella. Una cosa es reirnos de una situación para quitarle peso pero otra es que como dice el dicho «nos vendan gato por liebre».

Nunca antes en la historia la información ha tenido tanto valor, es tal su importancia que seguramente habremos escuchado palabras como fake news, post-verdad, infodemia, estos son términos que podemos definir cómo sinónimos de nuestros tiempos turbulentos y emocionantes. Los cambios en nuestra sociedad se dan a una velocidad de vértigo y nos vemos sometidos a una cantidad desbordante de información haciendo casi imposible verificar la calidad de los datos a los que nos vemos expuestos. La incertidumbre, el miedo, el deseo, son las emociones que más nos influyen y nos condicionan en nuestras decisiones. Esto no es algo que pasa desapercibido para las redes sociales, movimientos políticos, económicos y sociales que quieren sacar tajada de la situación y acomodar el tablero a su favor.

Es comprensible que nos sintamos vulnerables, pero no significa que seamos como una pluma al viento, podemos tomar una serie de medidas que nos ayudarán a no ser presa fácil de la manipulación informativa.

Todo entra por los ojos
Los memes como dijimos al comienzo se han convertido en una expresión cultural de nuestros tiempos, pueden ser imágenes, videos, audios que se viralizan, fácilmente compartibles. Esto nos muestra el poder que tiene una imágen, pero aparte de una imagen graciosa, cuando se quiere difundir una noticia falsa se suele usar una imagen que ha sido sacada de contexto. Esto se ha visto cuando se han viralizado protestas en ciertos países y para magnificar el impacto se han usado imágenes de otras protestas con el objetivo de crear una ilusión que no lo es. Si bien no es cierto el dicho «piensa mal y acertaras» es importante que pongamos en duda o mejor dicho, verifiquemos toda información por aparentemente cierta que parezca.

Nuestra época nos obliga a ser consumidores responsables de la información, por ello al recibir un meme, una foto, un video ¿que hacemos?

La fuente
Aquí tenemos un escollo, ya que las imágenes suelen provenir de nuestro entorno familiar, amigos o incluso el grupo de whatsapp de padres del colegio.
Cuando comparten algo con nosotros que para nuestro entorno es importante, debemos preguntarnos e incluso preguntar a quien difunde la información ¿cuál es la fuente? por lo general se lo compartieron a el o ella también así que es probable que no sepa decirnos, en caso de que haya obtenido la información de un sitio concreto, visitar dicho sitio nos será de utilidad. Suelen ser sitios hechos a propósito para hacer publicidad y se valen de la alarma como medio de difusión.

Evita el antagonismo
El objetivo de la desinformación es que el consumidor del mismo se posicione, tomando una postura que se va radicalizando con el tiempo, formando lo que se ha llamado «tribus de opinión», donde solo nos relacionamos con aquellos que comparten nuestra opinión, dejando poco lugar a las opiniones discordantes.

Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo, por un lado nos permiten conectar y compartir información, por otro lado se han convertido en una caja de resonancia para movimientos radicales de todo tipo.

Como conclusión querido lector, el paraguas que podemos desplegar es la poner en duda lo que vemos y leemos comprobando las fuentes, buscando más de una si es posible, evitar las posturas antagonicas, radicales, tribales.

¡Hasta la próxima!

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