Trabajar en equipo es una práctica común en muchos ámbitos de nuestra vida, desde una familia con las labores de la casa hasta un grupo de desarrolladores en un proyecto. Pero ¿es siempre la mejor opción?
Un ejemplo de esta metodología puede ser, o no, la mejor opción, la encontramos en las instituciones educativas cuando se realizan trabajos en conjunto. Los alumnos se agrupan para realizar las tareas asignadas y ¿cuál es el resultado? Unos presentan un trabajo inmejorable y bien coordinado, otros presentan un proyecto mal hecho e incluso pareciendo que lo han hecho en el último momento y algunos ni siquiera lo realizan o solo entregan una parte con las respectivas discusiones y problemas entre ellos.
En ese caso vemos que los equipos de trabajo han actuado de manera diferente en función de sus integrantes y su distribución de trabajo. Entonces, ¿qué hace que esta metodología tenga éxito?
Cuando pensamos en un equipo lo primero que solemos pensar es que es un grupo de personas dirigidos por un integrante el cual es considerado como líder. Este integrante es el encargado de coordinar las funciones de todos los demás, tomar en cuenta sus virtudes y debilidades aparte de resolver discordias entre los compañeros. Aunque todo esto no serviría de nada sin una buena comunicación entre ellos y sin tener un objetivo claro. Pero lo más de todo esto es el compañerismo.
Esto se puede trasladar al ámbito empresarial. Porque, aunque cuente con las personas más preparadas, el resultado de su trabajo en equipo no siempre va a ser el mejor. Para conseguir los mejores resultados es necesario que todos los integrantes apliquen la norma de las ‘5c’:
- Complementariedad
- Comunicación
- Coordinación
- Confianza
- Compromiso
Como conclusión podríamos decir que los resultados de un grupo de trabajo bien organizado y coordinado podrá ser mejor que un trabajo individual. Pero y tú ¿consideras que esta modalidad de trabajo es productiva o no?
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